Los camiones diésel siguen dominando el transporte debido a su mayor autonomía, menor coste inicial y infraestructura consolidada, que los hacen ideales para largas distancias y cargas pesadas.
A diferencia de los eléctricos, no dependen de la infraestructura de carga y, aunque la tecnología eléctrica ofrece beneficios en cuanto a coste operativo y medio ambiente, aún enfrenta desafíos de autonomía, coste y disponibilidad de estaciones de recarga.

Ventajas del diésel
Autonomía y eficiencia de combustible: Los motores diésel tienen una alta densidad energética, lo que les permite recorrer largas distancias sin necesidad de repostar frecuentemente, algo crucial para el transporte de carga.
Torque y potencia: Los motores diésel ofrecen un alto torque, lo que los hace ideales para mover cargas pesadas y remolcar cargas de gran peso, algo fundamental para el sector logístico.
Durabilidad y fiabilidad: Los motores diésel están construidos con materiales más robustos, lo que les confiere una mayor durabilidad y una vida útil más prolongada, a menudo superando el millón de kilómetros. Su fiabilidad está demostrada a lo largo de décadas.
Infraestructura: La red de estaciones de servicio de diésel está mucho más extendida que la de carga para camiones eléctricos, facilitando las operaciones de larga distancia.
Desafíos de la tecnología eléctrica
Autonomía y recarga: A pesar de los avances, la autonomía de los camiones eléctricos aún puede ser limitada en comparación con los diésel, y la infraestructura de carga rápida para vehículos pesados aún está en desarrollo.
Costo inicial: Aunque los costos operativos a largo plazo (combustible y mantenimiento) pueden ser menores, el costo inicial de los camiones eléctricos es significativamente más alto, lo que representa una barrera de inversión para muchas empresas.
Tiempo de recarga: Recargar un camión eléctrico puede llevar mucho más tiempo que repostar un camión diésel, lo que afecta la eficiencia operativa.
fuente: Noregon, Lug Energi, Nexoil

